Nos encontramos con su aromática y bella flor blanca, el azahar, que simboliza amor eterno, pureza y fidelidad. Esta flor no es exclusiva del naranjo, ya que también está presente en otros cítricos, como el limonero. La flor del naranjo amargo nos presenta múltiples utilidades que van desde el agua de azahar, para los estados nerviosos y facilitar el sueño, hasta la cocina para la elaboración de dulces, sin olvidarnos del reconocido beneficio para el cuidado de la piel como calmante de erupciones cutáneas, siendo un excelente producto hidratante con propiedades antisépticas y beneficiosas en casos de piel grasa.
Sus flores, en infusión, resultan útiles en problemas de espasmos estomacales y en caso de gases.
Sus hojas las podemos utilizar en infusión con propiedades sedantes e hipnóticas, por lo que, nos ayudan a conciliar el sueño y calmar los nervios del día. Una vez hecha la infusión, lo ideal es tomarla una media hora antes de irse a dormir, para que haga efecto adecuadamente. También, se puede mezclar con las flores y con otras plantas como tila, manzanilla
Su fruto, la naranja nos aporta:
Vitamina C, que con su efecto antioxidante sube el sistema inmune e inhibe la oxidación del colesterol LDL “malo”. Además, interviene en la formación del colágeno y al unirse con el ácido cítrico, ácido orgánico tricarboxílico presente en la mayoría de las frutas cítricas, potencia la acción de esta vitamina. Rica en Betacarotenos, que le confiere su color anaranjado, es beneficiosa para la visión, que junto con el aporte en luteína potencia su efecto, para la piel y las mucosas. Al igual que la vitamina C los betacarotenos, también, suben las defensas. Además, aporta vitamina B 9, ácido fólico y minerales como: potasio, magnesio y calcio.
MEJOR MASTICAR QUE BEBER SU ZUMO.
No debemos olvidar su FIBRA, que se encuentra en su parte blanca, entre la pulpa y la corteza, ésta FAVORECE EL TRÁNSITO INTESTINAL, de ahí la importancia de MASTICAR LA FRUTA, no exprimir, no licuar, Ya que uno de los problemas de salud, nuestros días, es la falta de consumo de fibra alimentaria. Cuando ingerimos zumo en nuestro organismo se produce una rápida elevación del pico de glucosa en sangre, efecto que no pasa cuando la masticamos ya que la fibra lo amortigua.
Algunas personas, que al tomar una naranja o su zumo, en ayunas, sienten nauseas o pesadez intestinal desconocen que esto puede deberse a la presencia de cálculos en la vesícula biliar. La naranja tiene un efecto productor y excretor de bilis y su consumo, en estos casos, puede provocar un vaciamiento brusco de la misma y de ahí esos síntomas.
Pilar López Martín -Naturópata
Escribir comentario