CUIDADOS DEL APARATO RESPIRATORIO EN OTOÑO

En esta estación, el aparato respiratorio reclama nuestra atención y por ello, deseo hablaros de cómo cuidar su salud. La mayor manifestación en cualquiera de las partes del aparato respiratorio es la inflamación y la mucosidad, principales síntomas del resfriado común causado por virus. Por lo tanto, los antibióticos no resuelven el problema, salvo  alguna complicación como fiebre de 39ºC o superior, o que pasen unos días y no haya mejoría, en tal caso, lo recomendable es visitar al médico. El médico es el único responsable, si lo estima oportuno, de recetar un antibiótico que no podemos tomar a la ligera y que requiere de una dosificación y frecuencia pautadas de acuerdo a la necesidad personal del momento. Pero, lo que sí podemos es prevenir al menor indicio.

 

¿Qué podemos hacer en caso de taponamiento y mucosidad nasal?

Ante el taponamiento nasal, recalcar la importancia de los lavados nasales con suero fisiológico (solución 0,9% de cloruro sódico en agua), o agua de mar (isotónica igual concentración del suero fisiológico e hipertónica, con concentración superior a 2,3% de cloruro sódico, no utilizar con bebes, éste por su mayor concentración salina tiene un mayor efecto para descongestionar), o con agua salada (remedio muy económico: una taza con agua, al ser posible destilada, añadir una cucharadita de sal, no yodada (puede irritar las mucosas), y otra de bicarbonato de sodio). 

Los vahos, una técnica muy utilizada en otros tiempos, cuando  nuestras madres nos ponían un tazón con agua caliente, con unas hojas de eucalipto y  tapados con una toalla respirábamos el vapor que se producía.

En los últimos años los humidificadores, aparatos  para humedecer el ambiente, son muy utilizados en las habitaciones de los niños. En algunos, también, se puede añadir unas gotitas de aceite esencial. de alguna planta, como por ejemplo lavanda   (pero a partir de los 3 meses) ya que ayuda a calmar el sistema nervioso. 

Con la aerosolterapia (nebulizador) podemos utilizar suero salino a distintas concentraciones para fluidificar las secreciones mucosas.

No debemos olvidar el beneficio de las infusiones (aunque no están recomendadas, en muchos casos, en menores de 6 años).

 

¿Qué podemos hacer cuándo sentimos la garganta irritada, picazón,  escozor, tos seca irritativa o  productiva, e incluso, en algunos casos afonía?

Las clásicas gárgaras, varias opciones: con sal y limón, con infusión de tomillo, limón y miel, o con agua, sal y jengibre en polvo (reconozco que ésta cuesta más, por el sabor, pero suele ser bastante efectiva por la unión de los principios activos de la sal y del jengibre). Siempre debemos realizar las gárgaras con pequeños tragos para poder llegar mejor a la parte más profunda de la garganta y limpiar lo máximo posible la zona.

La cebolla partida y colocada en la mesita de noche, puede ayudar a calmar la tos nocturna, gracias al gas antitusígeno que emite se puede favorecer el descanso nocturno. Además,  podemos sumar el efecto relajante de un aceite esencial (Aromaterapia), como el de la lavanda en un humidificador o un par de gotitas en un pañuelo debajo de la almohada.

Modular el tono de voz y, en lo posible, utilizar el reposo de  garganta con el silencio.

Infusiones para bajar la irritación, la inflamación y desprender el moco, entre ellas nos encontramos con: el malvavisco (antiinflamatorio), tomillo (desinfectante), eucalipto (fluidifica moco, descongestiona), incluso el orégano para la tos y en cuanto a la afonía nos encontramos con el Erísimo, planta de los cantores.

Pañuelo al cuello para abrigar la zona, con alguna gotita de a.e. como lavanda que nos ayude a sentirnos más tranquilos  y estimule la mejora del problema, no poner en niños y menos en bebes.

 

Los vahos, también se podrían añadir, ya que ayudan a bajar la inflamación y a fluidificar el moco.

 

En cualquier caso ¿podríamos ayudarnos con la alimentación?

Eso siempre, es muy importante, aprender a respetar estos momentos  en lo que el organismo tiene una prioridad, restablecer el equilibrio perdido, motivo por el cual tenemos menos apetito. Debemos ser respetuosos, sobre todo con los más pequeños para no forzarles y si acompañarlos con más líquidos para mantener una óptima hidratación (sopitas, entre la cabe destacar la de cebolla con sus  componentes azufrados para disminuir los síntomas del refriado, de la bronquitis),  purés de verduras, comidas con las que el organismo gaste poca energía al metabolizarlos.

A nivel profesional, recomiendo no consumir leche, en estos momentos, y sí yogures naturales, a los que se le puede añadir fruta para batirlos y que puedan resultar más atractivos, tanto a los niños como a los mayores. Muy importante para cualquier persona (no importa sexo, ni edad) no consumir alimentos procesados, ricos en azúcares, sal, grasas poco saludables y con gran cantidad de aditivos, todos ellos  son grandes enemigos de la microbiota y como consecuencia bajan el sistema inmune. 

 

 

 

Recuerda también la importancia de ir al baño diariamente, de propiciar  el descanso, para que el cuerpo recobre su fuerza y así restablecer el equilibrio perdido. Subir la parte del cabecero cambiará la inclinación del plano del colchón lo que facilitará una mejor respiración. Y no nos olvidemos lo importante que es lavarnos las manos, grandes transmisoras de infecciones virales que, potencialmente, pueden provocar un resfriado común. 

 

Pilar López Martín -Naturópata